Susana Girón es fotógrafa documental y de reportaje de autor comprometida, a la que le encanta contar historias a través de sus fotografías. El punto de vista que ella siempre trata de mostrar siempre es positivo, y nos habló de su interés por dar visibilidad a lo cotidiano, buscando historias de contenido humano y normalmente fuera del foco de la actualidad.

Es Licenciada en Ciencias de las Actividad Física y el Deporte, y experto Universitario en Fotografía y Artes Visuales en la Universidad Miguel Hernández de Elche. Fue una de las cofundadoras del colectivo BLUEPHOTO. Sus trabajos, son publicados asiduamente en revistas como New York Times, Stern, El Mundo, GEO, El País, Terramater, Der Spiegel, CNN, La Nación,… entre otros muchos otros.

Susana empieza la charla contándonos sus comienzos en la fotografía, una afición que convivía con ella desde pequeña, pero nunca pensó que aquella afición pudiera ser algo más, hasta que con aproximadamente 25 años le regalaron una cámara manual. Necesitaba tomar imágenes de más calidad para la publicidad de una empresa de turismo activo que había montado con su hermano y decidió apuntarse a un curso de técnica y lenguaje fotográfico. Inmediatamente se sintió irremediablemente atraída por todo lo que conllevaba el acto fotográfico, lo define como un proceso de enamoramiento. Empezó a formarme, a asistir a talleres, cursos y a leer sobre fotografía. En 2007 decidió profundizar sus conocimientos y se apuntó a un posgrado universitario de dos años en la Universidad Miguel Hernández de Elche y su proyecto fin de curso,Legados,   fue   el   que   marcó   su   futuro   como   fotógrafa profesional.

Susana Giron nos presentó su esquema de trabajo, cómo se enfrenta una fotógrafa profesional a su trabajo diario, cuál es su proceso de creación y cómo lo lleva a cabo, que claves existen para que una  buena  idea  acabe  siendo  una  buena  historia  fotográfica.  Nos  invita  a preguntarnos,

¿porqué fotografiamos?, ¿qué nos impulsa a fotografiar?.

Para Susana, la fotografía documental es una forma de vida, contar historias a través de imágenes, historias que pueden llegar a emocionarnos en el sentido más amplio de la palabra. Disfruta muchísimo de su trabajo y lo transmite durante toda la charla. Reivindica la curiosidad. Desde la propia perspectiva de la autora, que la diferencia e individualiza, nos explica, que viniendo de un género como el fotoperiodismo, donde prima la imagen descriptiva, explícita si quiere decirse, empezó a sentir la necesidad de ahondar en un lenguaje fotográfico más evocador, acercándose a las historias en un intento de documentar lo que no es evidente, o que no se interpreta en un primer golpe de vista, e invita al espectador a reflexionar, a preguntarse cosas sobre lo que está viendo, a establecer un diálogo entre fotógrafo y espectador, implicando en este diálogo a los propios sujetos fotografiados, que complete desde su visión lo que falta en la imagen, lo que no muestra.

Susana Girón, compartió con los asistentes algunos de sus principales trabajos, y nos cuenta que al final obtiene siempre el mismo resultado, profundiza en la historia que va a fotografiar y se introduce en la vida de las personas que habitan esa historia que narra en imágenes: convive con ellas y termina haciéndose amiga, una más de la familia, aprende, y  “se  lleva  cosas  buenas  a  lo personal que la  nutren  y  sobre  todo  la  hacen  ser   mejor  persona”.

Nos mostró durante el encuentro, de la manera más cercana a la realidad, las implicaciones, dificultades y retos que supone un trabajo documental profesional, a través de sus trabajos mas relevantes:

Su primer proyecto fotográfico, ‘Legados: Generaciones en transito‘, al que le debe muchísimo en todos los sentidos, se expuso en la edición de FOTOENCUENTROS 2010 de la fundación CAJA MURCIA y en el prestigioso festival de los Encontros da Imagem de Braga (Portugal). Dicho trabajo se recoge en un libro publicado por Ediciones Artual (2010), que recoge las casi 60 imágenes del proyecto con algunas importantes colaboraciones literarias.

Nos resume con las imágenes de este trabajo que nunca conoció a su abuela y desde niña se preguntaba quién era ella, y llegó a quererla a través de los recuerdos de las personas que más la amaron. Todo comenzó preguntándose:

¿Y qué hay en mí de todo esto?

¿qué hay de ti en mí?

Un recorrido visual en femenino, a través de su familia y experiencia, desarrollo un álbum fotográfico que transciende lo concreto, que rebasa fronteras consanguíneas, culturales y cronológicas, que se adentra en el día a día   de

una generación de mujeres nacidas en la posguerra.

 

 

 

 

 

Fe, pasión y Destino’ (2012)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Justo Gallego (Mejorada del Campo, Madrid, 1925-2021) es un labrador que ha dedicado los últimos cincuenta y seis años de su vida a la construcción de una catedral. En solitario, sin conocimientos arquitectónicos y sin ayudas oficiales, despertaba cada amanecer con la ilusión de elevar nuevas piedras que le acerquen a Jesucristo. La pasión de este fiel – que ha erigido un templo de cuatro pisos, con veinticinco cúpulas, una cripta y un baptisterio en una extensión de ocho mil metros cuadrados y cuarenta metros de altura.

Durante seis años fotografió a Justo en su día a día en la catedral. Un tiempo y una persona que han dejado profunda huella en ella como persona y fotógrafa. Ganó con este proyecto una beca de Caixa Galicia.

Personas que nunca ví‘,

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Todo empezó por casualidad, cuando en el metro de París Susana Girón armó su cámara y enfocó a la ventana. Se dio cuenta de que la óptica de 50 mm que llevaba puesta coincidía a la perfección con el marco del cristal y se preguntó qué imágenes podría capturar del vagón de enfrente si disparase a alta velocidad cuando se cruzase otro tren. Hizo pruebas y empezó a fotografiar. Imágenes que no capta el ojo humano y la cámara sí.

Sin ser consciente de ello, había iniciado un proyecto que la llevaría seis años más tarde a repetir este gesto en los metros de otras capitales europeas. A lo largo de los cinco primeros meses de 2017 retrató el Metro de Atenas, Estocolmo, Madrid y Budapest.

Cuando retomó su proyecto en la capital griega quiso reanudarlo con el azar de las primeras fotografías realizadas en París y decidió disparar siempre y cuando al menos uno de los dos trenes estuviese en movimiento. Esta pauta le garantizaba que nunca podría ver a los viajeros que se disponía a retratar. No quería, entre otras razones, interferir en sus imágenes a la hora de captar las miradas ensimismadas de los pasajeros que transitan por el Metro.

La base de este trabajo es totalmente contrario a lo que ella hacía, no había contacto humano, y  en esta ocasión, Susana decidió saltarse el paso más elemental del acto fotográfico que consiste en mirar. Mirar antes de disparar. Escoger con cuidado qué pedazo de realidad se quiere enseñar en un momento determinante, aún más para quien documenta a diario la vida de una sociedad.  Ese cambio en su forma de trabajar fue lo que la motivó, le suponía un reto, salir de su zona de confort.

Detrás de su cámara, del otro lado de la ventanilla, viajeros y fotógrafa se cruzan sin verse. La gratificación para el fotógrafo será ver su determinación recompensada por las preguntas que sus imágenes nos sugieren y los relatos que cada mirada ausente nos inspira.

¿Quiénes son?

¿En qué pensarán?

¿Podría ser yo?.

90 Varas’,

un trabajo que reivindica “la memoria, las tradiciones y el concepto de patrimonio”. En su libro publicado en 2019 documenta una de las últimas familias andaluzas que continúan dedicándose al pastoreo trashumante.

Este proyecto significó muchísimo, tanto a nivel profesional como personal. Sin duda, lo mejor de esta experiencia fue el encuentro personal y los vínculos de amistad que he creado con la familia protagonista de la historia.

Muestra en su trabajo una vida dura, sacrificada, en eterno peregrinaje y donde las necesidades de los animales marcan el ritmo de la vida. Las migraciones son duras, y se queda con el inmenso privilegio de atravesar las Sierra de Cazorla o Castril de lado a lado transitando caminos que fueron creados en el S. XIII por la Mesta y Alfonso X el Sabio.

Nos comenta su foto guía, la foto que para ella marca el camino de la edición proyecto, su estilo, la coherencia, el pilar sobre el que se asienta todo lo de después. No hace falta ver la lumbre ni el fuego para sentir el calor y contar lo máximo con los mínimos elementos  posibles. Con puntos y rayas nos invita a imaginarnos allí, evocarnos el sentimiento de estar alrededor del fuego.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

´Los días sintactos‘, una serie de fotografías que muestran la vida de José Antonio (nos confiesa al final de la muestra de las fotos que es su padre), un anciano de 84 años del pueblo granadino de Galera, confinado en soledad durante la pandemia, “una apuesta por lo extraordinario en lo ordinario”. Ha ganado el Premio Atlanta Photojournalism 2020, uno de los premios internacionales más importantes de esta rama, con su reportaje.

“Un acercamiento emocional, desde una mirada singular, hacia la vida cotidiana que pasa ante nuestros ojos, convirtiendo lo efímero en eterno, en legado. Sin dejar de hacer fotografía documental, en este tipo de trabajos es donde le surge imágenes evocadoras y que apelan a las emociones de una forma con la que se identifica.”

 

 

 

‘Yo bailo’, en 2020 publica un libro de flamenco en el que sus autoras, la fotógrafa granadina Susana Girón y la bailaora gaditana María Moreno, se han propuesto mostrar la parte más humana y desconocida de todo proceso de creación. Un libro que dialoga entre los mundos del flamenco y la fotografía.

“Susana nos desvela que lo mejor que le ha regalado este contacto con el flamenco a través  del visor ha sido encontrar y conocer tan de cerca a María, un ser maravilloso en lo humano y en lo artístico”.

Susana le explicó a María que para desarrollar su trabajo y la historia que quiere contar  tendría que estar muy cerca de ella, en ocasiones a menos de un metro, y su manera  de moverse discretamente, sin casi ser vista, hizo que su presencia no alterara el trabajo de María. Porque después de lo que se habla es de la historia que has contado, y no de quién la cuenta, y en el fondo se trata de eso, de ser  una mera transmisora, nunca protagonista.

 

 

Enlaces a la web y redes sociales:

www.susanagiron.com https://www.facebook.com/susana.giron.fotografa Instagram: @susana_giron_photo