El pasado domingo día 20 de diciembre tuvo lugar una salida de los socios de AFOGRA al Centro Pérez Siquier, el Museo Casa Ibáñez en Olula del Río (Almería) y el poblado minero de Las Menas en Serón (Almería), que estaba programada desde marzo y que se había tenido que posponer hasta en dos ocasiones debido a la situación sanitaria y a las medidas de restricción de movilidad impuestas por las autoridades sanitarias.

Esta salida se desarrolló observando escrupulosamente todas las medidas de seguridad, viaje con dos personas por coche, entrada a los recintos de forma separada y guardando en todo momento la distancia de seguridad, comida al aire libre y, por supuesto, usando la mascarilla en todo momento.

La primera parada fue en el “Centro Pérez Siquier” que por expreso deseo del autor asume la custodia y gestión de su archivo. Los fondos que lo integran son, principalmente, la totalidad de negativos y diapositivas de su obra, pero también se incluyen documentos, carteles, catálogos de exposiciones, libros y folletos sobre fotografía en general, todos los premios y condecoraciones que el autor ha recibido y las cámaras que ha utilizado a lo largo de su dilatada trayectoria.

En la sala 1, en torno al prototipo original de la monumental Mujer de Coslada de Antonio López (Tomelloso, 1936), se expone La Chanca en blanco y negro, mítica serie del documentalismo español de los cincuenta, que retrata en clave neorrealista la vida de los habitantes de este barrio almeriense. La sala 2 exhibe La Chanca en color, serie de comienzos de los sesenta sobre el mismo barrio que inicia una visión más estética e informalista en la trayectoria del fotógrafo. La sala 3 presenta La Playa, de los años 70; un conjunto de obras de marcada ironía y acento pop sobre el turismo invasor en las playas del Mediterráneo, que tanta fama dio al fotógrafo y lo colocó como uno de los pioneros mundiales de la fotografía en color. En la sala 4 se presenta una selección de sus series posteriores sobre Color del Sur y la sala 5, un patio a cielo abierto, recoge una síntesis del trabajo más abstracto de Pérez Siquier, en imágenes que van desde las paredes desconchadas de La Chanca de mediados de los sesenta hasta los registros de finales de los noventa tomados en el Cabo de Gata. Recientemente se han habilitado dos salas más en las que se hace un repaso a la Historia de la Fotografía Española a través de las 120 obras que cuelgan en sus paredes –en su mayoría copias de época–, como de los numerosos foto-libros que se han dispuesto en las cinco vitrinas que completan el cuidado discurso y diseño museográfico de este nuevo espacio.

Un discurso que, a través de las imágenes expuestas, gran parte de ellas instantáneas icónicas y testimonios gráficos de nuestra Historia contemporánea, nos permite disfrutar de un siglo de fotografía: desde 1910 hasta 2010. Desde el pictorialismo fotográfico, de la mano de autores como Ortiz Echagüe, Josep Masana y Pla Janini, hasta nuestros días. Todo ello pasando por los principales momentos de renovación fotográfica vividos en España: desde el documentalismo de las obras de Ruiz de Luna, Díaz Casariego, Alfonso Sánchez García (‘Alfonso’), Agustín Centelles, Nicolás Müller o Catalá-Roca entre otros, o la apuesta de los miembros de AFAL –Pérez Siquier, Artero, Pomés, Cualladó, Colom, Ontañón, Maspons, Masats, Schommer, Paco Gómez…–, pasando por aportaciones de especial índole personal como las representadas, desde el último tercio del siglo XX, por Alberto García Alix, José Manuel Navia, Tony Catany, Chema Madoz o los almerienses Jorge Rueda y Manuel Falces.

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Nacido en Almería en 1930, Carlos Pérez Siquier abrió pronto los ojos a la luz cegadora del mediterráneo. Su padre, aficionado a la fotografía, tenía un pequeño taller en la buhardilla de casa, y allí descubrió el niño la imagen revelándose sobre el papel. Con diecisiete años cae en sus manos un ejemplar de la revista francesa “Cine-Photo Magazine”, editada por el grupo “Les 30×40”, donde una fotografía humanista comprometida con la realidad, auténtica y poética, le marca profundamente. En 1950 finaliza sus estudios de fotografía en la Escuela de Arte de Almería. En 1956 comienza su mítica serie “La Chanca” y de la mano de José María Artero funda AFAL; revista y grupo que revolucionará el panorama fotográfico español, lastrado por un tardopictorialismo y un “salonismo” verdaderamente decadentes.

AFAL aglutinó a los jóvenes fotógrafos españoles más interesantes en innovadores del momento y con justicia es considerado hoy el movimiento de renovación más importante de la Historia de la Fotografía Española. El documentalismo de AFAL tiene en “La Chanca” uno de sus máximos ejemplos de autenticidad, emparentado en ciertos aspectos con el neorrealismo italiano.

Sin abandonar nunca el purismo técnico y conceptual que le caracteriza, el paso al color supuso para Pérez Siquier un cambio profundo que lo desmarca del resto de compañeros de generación, hasta el punto de ser considerado por series como “La Playa” uno de los grandes pioneros a nivel internacional. Incorpora influencias de algunos movimientos de la vanguardia pictórica como el pop o la abstracción informalista, aderezadas con una fina ironía sobre la sociedad moderna de consumo. Pese a todo, siempre triunfa en sus imágenes un elevado sentido de la belleza, depurado e indestructible, que lo convierte en un clásico intemporal.

Guiado por la intuición, Pérez Siquier fotografía aquello que le llama la atención, dice, por su «actitud fotográfica»: «Todos los objetos tienen una aureola que les permite emitir frecuencias captables por la cámara. No busco el asunto: él me provoca y, con lo que tengo aprendido, ya en el encuadre, prescindo de lo accesorio. Huyo del amaneramiento, pues jamás preparo una foto; en este caso, me hubiera pasado al cine o al teatro. La autenticidad es para mí no solo primordial, sino una cuestión de ética».

Mil veces asociado a Martin Parr, el fotógrafo inglés de Magnum famoso por sus fotos en la playa, Pérez Siquier sonríe: «Masats me decía que estaba hasta el gorro de que le mencionasen su célebre foto de los seminaristas jugando a la pelota. Yo tengo 22 años más que Parr y me anticipé a las fotos de La playa, que abordó de forma magistral 8 años después sin conocer mi trabajo y usando distintas técnicas. ¿El kitsch? Me divierte. La belleza me aburre. Sin herir a nadie, busco darle alegría a mi mirada».

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La siguiente parada es el Museo Casa Ibáñez, situado a escasos veinte meros del Centro Pérez Siquier.

Inaugurado oficialmente el 24 de noviembre de 2004, el Museo Casa Ibáñez es una de las mayores colecciones de Arte Contemporáneo de Andalucía. Por la magnitud, variedad y calidad de sus fondos, más de 1.200 obras de arte, en las cuales se encuentran representados artistas contemporáneos de primer nivel como Joaquín Sorolla, Mariano Benlluire, Francisco Goya Lucientes, Pablo Picasso, Madrazo, Villegas Cordero, Golucho, Carlos Pérez Siquier, completando la extensísima colección del grupo AFAL, Carlos de Paz u Ortiz Echagüe, entre otros muchos.

El principal exponente del Museo Casa Ibáñez es Andrés García Ibáñez, cuya obra se presenta clasificada en diversas series a lo largo de las primeras cinco salas, además de las últimas y más amplias estancias del recorrido.
El Museo Casa Ibáñez está formado actualmente por 16 salas de exposición: 14 dedicadas a la exhibición de la colección permanente del Museo y 2 dedicadas a acoger las exposiciones temporales que el Museo produce a lo largo del año.

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El pintor almeriense Andrés García Ibáñez (Olula del Rio, 1977) pasa por ser el pintor español vivo que más obra religiosa tiene en templos, pero también como el más descreído y herido de los intelectuales agnósticos actuales.

Arquitecto, escultor y sobre todo pintor su obra pictórica triunfa en Inglaterra, Estados Unidos y medio mundo y como suele ser la norma en este país, un gran desconocido, teniendo incluso que costearse su propio museo para mostrar su obra.

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Para comer, antes del paseo fotográfico, el grupo se encaminó al poblado minero de Las Menas en la vecina localidad de Serón donde, al aire libre, dieron buena cuenta de platos tan autóctonos como migas o gachas tortas en el Bar Mesón Las Menas.

Las Menas Poblado Minero es un antiguo poblado minero enclavado en la Sierra de los Filabres perteneciente al municipio de Serón. En este lugar se extrajo hierro desde finales del siglo XVIII hasta el año 1968.

En todo lo relacionado con la actividad minera llegaron a trabajar hasta unas 2.900 personas; muchas de ellas no vivían en Menas y tenían que desplazarse cada día a pie atravesando la montaña desde localidades como Serón, Alcóntar, o Bacares entre otras.

Dentro de Las Menas Poblado Minero se pueden observar múltiples edificaciones importantes de la época, algunas están completamente restauradas aunque han sido destinadas a otro uso, como es el camping o el hotel; otras están siendo restauradas actualmente; hablamos de las casas del Director de las minas y de los Ayudantes de Dirección; y otras muchas se encuentran tal y como se quedaron tras la emigración de los habitantes después del cierre de las minas.
El poblado contaba con todo tipo de servicios como hospital, escuela, iglesia cine, pensión, plaza de toros y cuartel de la Guardia Civil.

La Junta Directiva de AFOGRA agradece a sus socios, una vez más, la implicación con todos los proyectos e iniciativas que esta Asociación emprende y cuyo resultado son actividades fructíferas, enriquecedoras y divertidas como ha sido esta salida.

Bibliografía

https://www.centroperezsiquier.org/

https://www.ideal.es/culturas/almeria/centro-perez-siquier-20200909234208-nt.html

https://www.museoibanez.com/

https://www.andalucia.org/es/olula-del-rio-turismo-cultural-museo-casa-ibanez

http://lolillo.blogspot.com/2012/01/andres-garcia-ibanez.html

https://www.andalucia.org/es/seron-turismo-cultural-las-menas-poblado-minero

https://www.andalucia.org/es/seron-turismo-cultural-las-menas-poblado-minero